FAUSTINA
SÁEZ DE MELGAR (1834-1895)
Faustina
Sáez de Melgar nació en Villamanrique de Tajo (Madrid) en 1834, y
falleció en Madrid a mediados de marzo de 1895. Por la importancia
de algunas de sus obras, la influencia (en su época) de sus trabajos
periodísticos, y el compromiso que consiguió con los principales
problemas sociales de su tiempo, está considerada como una de las
grandes figuras femeninas de la cultura española decimonónica.

Un
año después, ya se había convertido en colaboradora de diferentes
revistas como Álbum
de Señoritas y Ellas,
aunque es cierto que el seguir viviendo en un pequeño pueblo la
impedía darse a conocer en los principales círculos culturales del
país. Este problema se solucionó cuando, tras casarse con Valentín
Melgar, se mudó a Madrid, donde empezó a llevar a cabo una
destacada carrera literaria que, en parte, la desarrolló para
olvidarse del fallecimiento de su primer hijo, muerto en 1858.

Lo
cierto es que su nombre era tan conocido ya en 1865, que por aquel
entonces el doctor venezolano Ricardo Ovidio Limando adquirió todos
los derechos de traducción y edición en el extranjero de las obras
de Faustina Sáez
Al
ser una mujer importante de su época en el mundo cultural, Faustina
tomó parte en algunas de las luchas sociales más importantes del
siglo XIX. Además, su condición de mujer dedicada a la vida social
y cultural se reforzó por otros cargos y honores de gran prestigio,
como la Presidencia del Ateneo Artístico y Literario de Señoras
(1869) y la Vice-Presidencia de honor de la sección femenina de la
Exposición Universal de Chicago (1893).
Las
obras de Faustina tienen un lenguaje cuidado, y no excesivamente
culto. En sus obras en verso, tiene preferencia por el verso
octosílabo, de carácter más popular. Cultivó varios géneros
literarios como la poesía
en la obra La
lira del Tajo,
(1859) y el
teatro
(Contra
indiferencia, celos Madrid, 1875;
La
cadena rota , de
1879,
drama abolicionista en verso), pero el más cultivado fue la novela.
En este género destacan obras como: La
pastora de Guadiela (1860),
La
marquesa de Pinares
(1861), Los
miserables de España o Secretos de la
Corte
(1862-63, 2 vols.), Matilde
o El ángel de Val de Real
( 1862), La
higuera de Villaverde.
(1860), Ecos
de la gloria. Leyendas históricas
(1863), Ángela
o El ramillete de jazmines (1865-1866,
3 volúmenes), Adriana
o La quinta de Peralta
(1866), La
loca del encinar
(1867), Amar
después de la muerte
(1867), La
cruz del olivar
(1868), María
la cuarterona o La esclavitud en las Antillas (1868),
Rosa, la
cigarrera de Madrid
(1872 y 1878, 2 vols.),El
hogar sin fuego
(1876), La
abuelita
(1877) Inés
o La hija de la caridad (1878,
2 vols.), Sendas
opuestas (1878),
El
collar de esmeraldas
(1879), El
deber cumplido
(1879), lanovela
costumbrista Aurora
y felicidad
(1881) y novelas históricas como Fulvia
o Los primeros cristianos
(1889), El
trovador del Turia
(1890), Alfonso
el Católico... Algunas
como
El hogar
sin fuego
tuvieron gran éxito y fueron traducidas al italiano (en versión que
también tuvo gran éxito).
Es
muy importante su
labor periodística
y sus ensayos
como
Deberes
de la mujer
(1866), Un
libro para mis hijas. Educación cristiana y social de la mujer
(1877), Epistolario
manual para señoritas
(1877).. Además, desarrolló una importante labor como publicista
en revistas como La
Violeta, La Mujer, La Canastilla Infantil, Paris charmant
artistique...Y
como traductora:
Los
dramas de la bolsa
(1884), de Pierre Zaccone; Los
vecinos
(1883), de la sueca Fedrika Bremer; La
sociedad y sus costumbres
(1883), de Madame de Waddeville; Flores
y perlas
(1889), donde tradujo varias composiciones poéticas de Carmen Sylva.
Mcnbiografías:
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=saez-de-melgar-faustina (15-4-2017)
LILLI MARTIN SPENCER (1822-1902)
Lily Martin Spencer nació en 1822 en
Inglaterra y falleció en 1902 en Nueva York.
Sus padres eran franceses, de ideas muy
avanzadas para la época, lo que posiblemente le influyó en que apoyaran a Lily
en sus actividades artísticas, puesto
que ellos, como buenos seguidores de las ideas de Charles Fourier[1], creían en la igualdad
entre los sexos. Cuando ella contaba tan solo ocho años, sus padres se
trasladaron a Nueva York, pero a los tres años se volvieron a trasladar a Ohio.
A los 22 años se casó con un sastre,
quien, sorprendentemente para la época, no solo no le exigió que abandonara la
pintura, sino que fue él quien dejó la sastrería y se dedicó a las labores del
hogar para que su mujer pudiese pintar.
Lily
tuvo trece hijos y, pese a que en ciertas ocasiones se vieran apretados
económicamente, siempre consiguieron salir delante, viviendo exclusivamente de
la pintura.
Lilly Martin Spencer se autorretrató y sus obras se caracterizan por el uso de
temáticas con figuras femeninas. También pintaba niños, y le gustaba
representar escenas en las que se apreciase la felicidad de los personajes. La técnica que
más trabaja es óleo sobre lienzo.
Su marido falleció antes que ella y
viuda siguió dedicándose a lo que el gustaba: el arte.
Murió el 22 de mayo de 1902 en Nueva
York. Fue una mujer luchadora y un ejemplo, puesto que en una sociedad dominada
por los hombres, pudo dedicarse a lo que quiso y, lo más importante, ser feliz.
En sus cuadros aparece, como hemos dicho, representada la idea de la
felicidad hogareña, siendo posiblemente su máximo exponente el lienzo de 1849
titulado La felicidad doméstica, en el que una sonriente pareja de padres
contempla embelesada a sus hijos, que duermen plácidamente, ajenos a la
vigilancia de sus progenitores

También pintó
bodegones, en los que apreciamos el perfecto
dominio de la técnica que poseía esta mujer, que la convierten, por derecho
propio en una de las artistas norteamericanas más populares de mediados del
siglo XIX.
Una de sus más divertidas obras es la titulada La artista y su familia en el picnic del 4 de julio, que pintó
alrededor de 1864. En este lienzo en el que encontramos referencias a la
pintura de género barroca flamenca. Como ella está plagada de divertidos guiños
a la felicidad y diversión, como la mujer del primer término a la derecha que
mira malhumorada al sirviente negro que ha derramado la bebida sobre su traje,
por estar distraído mientras contempla divertido la caída del columpio del
esposo de la pintora, que se autorretrata casi de espaldas acercándose a
socorrer a su marido.
Lilly
Martin Spencer “fue un raro ejemplar, alguien que sin duda sólo podía existir en la sociedad en proceso de construcción del Nuevo
Mundo[2]”.
Las dos mujeres tienen en común que sus maridos fueron sensibles a un trabajo igualitario de la mujer. El marido de Faustina Sáez la ayudó a desarrollar su carrera literaria, a la que se oponía su padre. Esta experiencia la impulsó a luchar por los derechos de la mujer en muchos de sus ensayos y artículos. En el de Lilli Martin, su esposo fue consciente de su genialidad y fue capaz de sacrificar su trabajo para ayudarla a ella en su carrera como pintora.
Las dos mujeres tienen en común que sus maridos fueron sensibles a un trabajo igualitario de la mujer. El marido de Faustina Sáez la ayudó a desarrollar su carrera literaria, a la que se oponía su padre. Esta experiencia la impulsó a luchar por los derechos de la mujer en muchos de sus ensayos y artículos. En el de Lilli Martin, su esposo fue consciente de su genialidad y fue capaz de sacrificar su trabajo para ayudarla a ella en su carrera como pintora.
[1] François Marie Charles Fourier es uno
de los más conocidos socialistas utópicos de comienzos del siglo XIX.
[2] CASO, Ángeles: Ellas mismas. Autorretratos de pintoras, Oviedo, Editorial Libros de la
letra azul, 2016, pág. 134.
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